Un abogado de familia no es mejor o peor por ser hombre o mujer, pues su sexo no determina que ofrezca un servicio y asesoramiento de mayor o menor calidad.
Algunas personas se pueden sentir más cómodas con una abogada por sentir mayor empatía desde el punto de vista femenino o abogado por masculino, pero lo normal es que sea absolutamente indiferente e irrelevante.
Aún existen personas que piensan que para determinadas cuestiones es mejor un abogado o abogada, pero será por su propia percepción o preferencia, pues el servicio no mejora o empeora en función de si nos defiendo un hombre o una mujer, sino que la calidad humana y profesional será lo que determine el resultado del asesoramiento.
Como normal general en la profesión de la abogacía existen letrados y letradas con una vocación y servicio profesional excelente. Siempre existirá algún profesional que pueda prestar un servicio de menor calidad o deficiente, pero ello no será en ningún caso por su género, sino por su formación y dedicación.
Abogada o abogado matrimonialista para divorcio:
En nuestro despacho de abogados contamos con abogados y abogadas, pero consideramos que no debe de ser relevante, pues lo relevante es que exista la relación de confianza que permita la defensa de sus derechos como letrado matrimonialista en un divorcio o separación.
No son pocas las veces en las que hemos escuchado que un hombre es mejor defendido por una mujer, o que una mujer es mejor defendida por un hombre, o directamente que es mujer un abogado o una abogada. Puede ser que para alguien subjetivamente sea mejor. Pero objetivamente, reiteramos es indiferente.
Hemos avanzado mucho en la igualdad en nuestro estado de derecho y sobre el papel la igualdad teórica es una realidad indiscutible, pero en la sociedad aún existen prejuicios o diferencias que se deben de tratar superar poco a poco para lograr una igualdad real.
Si profundizáramos en si es mejor un abogado o abogada de familia, también se podría entrar a valorar si es mejor un abogado homosexual o heterosexual, pero es evidente que en este caso se aprecia de manera más clara que dicha cuestión nada tiene que ver con la calidad del servicio prestado, pues son cosas absolutamente diferentes e irrelevantes.
No nos defenderá mejor o peor un abogado de familia por su sexo o por su orientación sexual. Otra cosa es que una persona prefiera abogado o abogada de familia, lo cual es perfectamente libre, pero no como prejuicio, sino como decisión subjetiva.
En un abogado o abogada de familia, lo que sí es muy importante es su predisposición al entendimiento con soluciones legales y no al enfrentamiento con pleitos y juicios contenciosos.